Cuando leemos sobre cosas históricas, generalmente ingresamos al mundo que nos cuentan. Dependerá del autor, de su idea o de su postura filosófica. Tal vez de la forma de contar o de la perspectiva que asuma. Vale hacer esta reflexión, porque hay personajes más polémicos, innovadores, interesantes y hasta pintorescos. Y es una tentación no escribir sobre ellos de manera que aparezcan como en un cuento. Así pues, había una vez…… un joven de raíz itálica, que cantaba canciones por los años sesenta. Un día, llegó a la mítica Cueva, donde muchos soñaban con una nueva idea musical, a desarrollar.
Los nuevos ritmos, se sumaban a ideales emparentados con la paz y el amor. Y a partir de ese momento, Billy Bond, supo generar un lugar propio dentro de la escena rockera. Supo además, hacer lo justo en el momento indicado.
Sin cantar bien, supo rodearse de músicos de muy buen nivel. A pesar de no destacarse como compositor, tuvo visión para encontrar el rumbo a seguir. Logró, gracias a su capacidad para ver la veta comercial, triunfar en sus elecciones. Pero todo comenzó cuando organizó una agrupación amplia, con gran cantidad de músicos invitados. Algunos del nivel de Pappo, Javier Martínez, Pomo y Black Amaya. Hasta El Flaco Spinetta y David Lebón supieron tocar allí. Y participar en la grabación del primer álbum del grupo, La Pesada del Rock and Roll, en 1971. En ritmo de rock, mostraba Billy un estilo desenfadado y agresivo. Un año después, graba el Volumen II, acompañado por un destacado e innovador músico Jorge Pinchevsky (violín), Kubero Díaz (guitarra), Pappo (guitarra), Poli Martínez (guitarra), Luis Gambolini (batería), y dos Manal: Alejandro Medina (bajo) y Javier Martínez (batería). Antes del tercer trabajo discográfico, graban junto a Donna Caroll en voz, y a una orquesta dirigida por Oscar López Ruiz, “Buenos Aires Blues”. Con relativo éxito, prosigue La Pesada un camino musical, conformado por un grupo heterogéneo de integrantes.
En 1972 participan del film “Hasta que se ponga el Sol”, junto a Sui Géneris, Gieco, Vox Dei y Pescado Rabioso, entre otros. Pero en el mismo año, protagonizan un desastre en el Luna Park, durante un festival. Billy Bond “invita” a la gente de la tribuna a pasar a la platea, y se arma un desbande apocalíptico. Terminan los músicos arrestados, envueltos en un escándalo.
El tercer disco “Tontos”, sale a la venta por esos tiempos, con buena repercusión. Ya famoso, Billy no solo se encarga de su grupo, sino de colaborar en la grabación de algunos de sus pares. Se junta al productor Jorge Alvarez, y con él comienza a apoyar diversos proyectos. Entre ellos una versión de ”La Biblia”. Juntan a los integrantes de Sui Géneris, Espíritu y otros que dan forma a un ambicioso trabajo, contando además con una orquesta como base. Al fin, el personaje de Billy Bond, había crecido. Ya no solo era una figura que aglutinaba buenos músicos. Se transformaba en un apoyo para quienes necesitaban producción. Contribuía con los que soñaban grabar.
Consiguió ser el legendario aventurero de una etapa naciente del rock argentino. Un artista lúcido, y personal.
Ricardo Debeljuh